TAPA DEL DÍA  El actor Alberto Martín murió a los 81 años luego de enfrentar una enfermedad prolongada que se agravó en los últimos días. Su carrera, extensa y diversa, dejó una huella imborrable en la televisión argentina y en el afecto de millones de espectadores que lo acompañaron durante décadas. Martín, nacido como Luis Alberto Di Feo en San Martín, Buenos Aires, se convirtió en uno de los galanes más reconocidos de los años 70. Su rostro familiar y su carisma natural lo transformaron en un ícono de los teleteatros, donde protagonizó clásicos como Me llaman Gorrión y Alguien por quien vivir. Su talento le permitió ganarse al público sin necesidad de métricas, simplemente por la cercanía y la autenticidad de su presencia. Con el tiempo, supo reinventarse y se consolidó como un comediante brillante. Programas como Los hijos de López y su participación en teatro, principalmente en temporadas marplatenses, demostraron su versatilidad y capacidad de adaptarse a los cambios del medio. Martín siempre destacó por su capacidad de reírse de sí mismo y de conectar con el público de manera genuina. Apasionado por la cocina y el fútbol, llegó incluso a conducir el ciclo La cocina de Racing, combinando su amor por el club con su espontaneidad característica frente a la cámara. Su vida personal también fue pública y valorada: su matrimonio de 47 años con Marta, con quien tuvo tres hijos, fue un pilar hasta la muerte de ella en 2018. Alberto Martín mantuvo siempre el entusiasmo por los proyectos artísticos, incluso cuando las oportunidades escaseaban. Su deseo de protagonizar La jaula de las locas nunca se concretó, pero su legado actoral sigue vivo en cada historia que narró con gracia, seducción y humanidad. La despedida del actor será hoy domingo 17 de agosto, a las 12.15, en la Capilla del Cementerio de Boulogne. Su talento y cercanía con el público consolidan a Alberto Martín como un actor inolvidable, cuyo nombre permanecerá en la memoria colectiva de la televisión argentina. Opinión: La carrera de Alberto Martín es un recordatorio de que la autenticidad y la conexión con el público trascienden cualquier época. Su legado demuestra que la versatilidad y la humildad frente al arte son valores eternos en la televisión nacional. TAPA DEL DÍA